EN BUSCA DE UN SÓLO ESTATUTO DOCENTE
Los años siguen pasando y los docentes de nuestro país nadan en profundidades inenarrables, en cuanto a estatuto docente, unos en el 2277 y el otro el 1278. El primero que permitió a unos ser docentes sin tener una adecuada preparación. Hablo de los nombrados a dedo, sin haber hecho carrera, y ahora el segundo que permitió que varios profesionales se convirtieran en orientadores pedagógicos, sin tener al menos una licenciatura , especialización o maestría. Los primeros tienen grupos de docentes que ingresaron a la carrera educativa con tan sólo haber cursado primaria, y algunos un bachillerato a medias. Los últimos ganaron un concurso que los inició en esta carrera, en donde el sistema de enseñanza-aprendizaje, sigue siendo cuestionado, porque todavía estamos en periodo de experimentación y ensayo, con análisis de resultados para la aprobación, dentro del método científico demostrado en las pruebas saber-Icfes, que califica a los planteles educativos cada año, y con resultados todavía obsoletos, porque la media todavía no ha rebasado los 350 puntos, que nos ubica en los últimos lugares en materia educativa en el mundo.
Preguntarnos ahora ¿Cuál metodología, cuál escuela, cuáles herramientas lúdicas? sería como nadar en rio revuelto, con posibilidades de ahondar más el problema educativo, en un país amañado en políticas extranjeras, no pertinentes a nuestra idiosincrasia, no correspondientes a nuestro entorno y menos a los parámetros culturales, que enmarcan en nuestra República, senderos de formación equivoca que a duras penas nos hace ufanar de grandes genios en la medicina, el deporte, la música, lo científico y lo astronómico.
Si hablamos de las posibilidades de trabajo, el primero permite laborar hasta los setenta años. El segundo hasta cuando logren las mil quinientas semanas y veinticinco años de desempeño educativo. Con lo cual se advierte que para poderse pensionar los primeros tienen una gabela de adquirir dos o tres pensiones, mientras los últimos sólo una, y eso con el sesenta por ciento de sus últimos salarios. Huelgas, manifestaciones callejeras, paros, movimientos sindicales, mal servicio de salud, sistemas evaluativos discriminativos,etc. Para continuar en la labor más desagradecida del mundo, pero la más bella en cuanto a formar los hombres del mañana, para un país urgido de paz, amor y solidaridad.
LES CUENTO UN CUENTO...
En un lugar llamado "el silencio", al este de un pueblo abandonado por el gobierno nacional, vivía un campesino alegre, dicharachero y trabajador, amante de las hortalizas y los árboles frutales. Los fines de semana dedicaba en sus horas libres a formar parte de un coro de pajaritos, que lo entendían y le hacían caso, en la entonación de melodías que agradaban a los cincuenta receptores que cada sábado se apostaban en el gramado del parque principal, a escuchar las dos horas de música celestial, como lo llamaban ellos. Porque los transportaba hasta el firmamento, en momentos de angustia o tristeza.
De todos los asistentes había uno, don Blas, que no se fascinaba con la interpretación musical de los veinte cantores. Ya que no le agradaba la sonrisa de don Silvano, quien se mostraba altivo y orgulloso de su grupo artístico. Fue tanta la rabia de don Blas, que un sábado en mitad del concierto desconcentró al grupo de aves, tirándoles una cantidad de mosquitos de toda clase, que los hizo lanzar a comer, dejando aterrado al director de orquesta, quien los llamaba con su silbido particular, pero que estos no atendían porque los insectos estaban apetitosos. Varias veces ocurrió este detalle, hasta cuando el alcalde decidió construir un mini teatro para presentar esta clase de artistas, respaldando la labor de Silvano y dándole seguridad a sus pupilos. Esto hizo factible que muchos turistas fueran al Silencio a deleitarse con los pájaros cantores, dejando buen dinero a la población y ganando importantes premios en el ámbito nacional e internacional.
Diga ¿Cuál de estas oraciones hace las veces de frase adverbial?
a) Todo estaba simplemente feo. b) Indiscutiblemente me voy. c) aburridamente
