LA MUJER HA PERDIDO EL APETITO
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| foto: Freepik. |
Cuando de relaciones íntimas se trata, hoy en día se debe tomar en cuenta a la mujer. Cuando ella no quiere estar con su marido, esposo o amante, debemos considerar seriamente su postura. Qué gana un hombre con intentar pasarla bien con su mujer, cuando ya le advirtió que no desea nada de relación genital. No hay momento más humillante que un hombre ruegue a su señora por un ratito, si por la cabeza de ella, sólo pasa el recuerdo de ningún detalle en su cumpleaños, ningún paseo hace tres años. Ni un anillo de aniversario, o de no tener si quiera una pijama para dormir, o un vestido de estrene para la fiesta de quince de su sobrina.
Qué puede sentir ella de placer cuando lo único que siente por él es rabia, rencor, fastidio, rechazo y ganas de mandarlo lejos por la ventana. Lo único que recibirá ese hombre es amargura, desazón, mal sabor y una eyaculación forzada, triste, sin amor, sin pasión y sin nada de cariño o comprensión. Todas las de perder lleva el insensato, que por buscar un momento de placer lo único que logra es ingresar a las toldas de la esclavitud carnal, que puede llevar a la locura o a la muerte de un sentimiento y por qué no, a la separación matrimonial. El obligar a una mujer a lo que no desea, es convertirla en mártir de un calvario sexual, que conlleva consigo la traición y la búsqueda de alguien más amoroso y comprensivo.
El hacer el acto sexual, debe ser un momento de acuerdo en pareja, que ambos lo quieran y en el lugar que lo deseen. No podemos obligarla a estar siempre atenta a los deseos de su marido, pues su naturaleza no la convierte en una máquina sexual permanente, sino más bien acomodada a las circunstancias de su intimidad. El acoso sigue siendo un delito, y puede ser castigado con justicia y severidad, como lo rige la ley. No busquemos males, antes dialoguemos, pongámonos de acuerdo, convirtamos nuestro hogar en un sitio agradable y no de lucha; un lugar de acogimiento y amabilidad, donde la pareja se respete, se ame de verdad y sean uno solo para todo.
LES CONTARÉ UN CUENTO...
Una señora que buscaba trabajo en jardinería, encontró la única oportunidad cuidando un viejito, que fuera de tener ochenta años, tenía trastorno de calor frío y por más cobijas que le colocaban, no hallaba cómo calentarse. Doña Cristina le preparaba aguade panela con limón, para que todo el día tomara contra el problema. Los días fueron pasando y el calor frío ya no fue inconveniente. Don Fecundo poco a poco tomó de nuevo fuerzas, hasta el punto de invitar a su cuidandera a dar sendos paseos por el parque del barrio. Cosa que doña Cristina no le pareció, por las habladurías de la gente. Don Fecu, le insistió tanto que la aburrió con el cuento y ella decidió renunciar a su empleo. se volvió a quedar sin cómo llevar el pan diario a sus hijos, quienes le advirtieron que volviera a donde el anciano, que eso de pasear con él no indica nada. Ella les hizo caso, pero cuando llegó a la casa del caballero otra dama lo estaba paseando por el barrio.
Desarrolle la frase que indica la función de las preposiciones:
_ _ _/ _ _ e _ _ _ _ _ _ ó _ /_ _ p _ _ _ a / _ _ / _ _ _ d _ _ _ _ _ / _ _ / _ _ / _ r _ _ _ _ _.
