martes, 18 de agosto de 2020

MERCANDO PARA OTROS

Las 6 modalidades más usadas de robos en Bogotá | AC+SEGURIDAD

Cuando uno advierte en tiempos de pandemia, que se debe colaborar con el más necesitado, se hace hasta lo imposible, para que el prójimo pueda, si quiera, remediar por unos días el hambre de sus hijos y de su familia más cercana. Mercados de veinte mil, cuarenta, ciento cincuenta, y hasta de doscientos mil pesos, arman unos pocos, en grupo o de manera individual, para alivianar las penas de quienes se quedaron sin empleo, por culpa del contagio. No sólo el empleo, sino también el subempleo, el rebusque, la micro-empresa, el emprendimiento en casa y hasta las ventas ambulantes, cedieron, ante el miedo a la cruel enfermedad.

Cuando se oye a un niño llorar de hambre, de sed o de cansancio por el encierro, por repetir todos los días huevo con arepa y aguadepanela con tostada. Gaseosa con mojicón, salchichón con arepa o maduro; chicharrón con papa o plátano, en fin, el pan de los pobres; pues, nada hay que hacer, desobedecer y correr a las calles, para levantar comidita, no hay autoridad que valga. No existe medida preventiva que acabe con la voluntad de los padres, cuando de alimentar a sus hijos se trata. Hasta aquí todo va muy bien; pero, qué me dicen de aquellos que por encontrar el sustento de sus criaturas, le quitan a otro, con violencia, lo que sudó para conseguir con  esfuerzo, dedicación y sapiencia. Ibagué, ciudad musical, ha dejado escuchar su melodía, la de los atracos callejeros a mano armada. La de los motociclistas que se cruzan ante los transeúntes, para arrebatarles el mercado, o los paquetes del supermercado. La de algunos conductores de taxi, que esperan que la señora coloque sus paquetes en el mueble de adelante, para iniciar de un arranconazo, la huida con la pesca milagrosa. Qué decir de algunos domiciliarios, que esculcan los paquetes, sacan lo que les parece, y entregan el pedido a su amaño.

¿Lo anterior será producto de la enfermedad, o una secuela del desespero? ¿o será más bien que el estrés lleva al hombre al borde de la locura? lo cierto es que ninguna autoridad competente le está echando el ojo a esta otra contaminación cultural, que en nuestra tierra firme, ya es pan de cada día, y como siempre, las víctimas pagan los platos rotos de la desidia del Estado, que se encuentra ocupado en analizar las tablas estadísticas del paso del Covid-19 por nuestra patria boba.

Dicen los expertos que la historia se repite, una y otra vez. Isaac con Esaú, cuando el menor robó al mayor la bendición de su padre Abrahan, con un cocimiento de chivo y una piel de animal. Para no ir tan lejos, el robo de los Nule a la capital del país, o el del túnel de la línea a todos los colombianos, o el de...bueno ustedes saben más que yo. Lo cierto del caso, es que no podemos dejar seguir esta ola de criminalidad. ¡¡hagamos algo!! al menos denunciemos, tomemos fotos, testimonios, formemos brigadas de seguridad , de información, cadenas de alerta, y todo lo demás que exista, para reordenar el desorden que, se escucha y se ve, en la odiosa melodía : "Al son que me toquen...robo". Imagen de Acnaseguridad.com.co.

2 comentarios:

  1. Nada justifica apropiarse de las pertenencias de otros, la situación está difícil para todos y necesitamos unidos combatir la delincuencia que cada día nos azota. Unámonos.

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  2. Cuidémonos entre todos, denunciemos, no seamos cómplices de la delincuencia.

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AL FINAL FUERON CUATRO GOLES DE DIFERENCIA. Este 16 de diciembre día en que empezaron las novenas de aguinaldo, por el nacimiento del hijo d...