TODOS... A LA CALLE
En momentos en que la pandemia o el coronavirus está en su punto de contagio más alto, la gente del común pareciera que se olvidó de la grave enfermedad; porque, salen a la calle, sin tapabocas, van cogidos de la mano, se besan como recién ennoviados, charlan cerca, chupan el mismo helado, se abrazan: cabeza con cabeza; pecho con hombro; mano con cintura; rodilla con rodilla; en fin, el mejor momento para demostrar el máximo afecto, la mejor amistad, el enamoramiento continuo y¡¡la falta que me hacías!! foto:www.shutterstock/es/search.
Para reforzar la idea, el gobierno le está dando apertura a los viajes en avión,los moteles, restaurantes al aire libre, viajes por carretera, los autocines, las iglesias, las cafeterías, almacenes, joyerías, panaderías, lavaderos de carro,Universidades, bares, etc. Como si hubiésemos entrado a la feria de la exposición natural;¡¡sálvese quien pueda!! Seres de todo tipo, cultura, actitud y desapego a la vida, al mundo,a Dios, a la familia. Todo con el único objetivo de acabar con el encierro y la incomunicación humana. El volver a sentir el sabor y el olor a calle; que tanto atrae, que lo transporta al más allá. El sentirse otra vez importante para el mundo y lo más real, obligados a vender, en todas las instancias, el producto que hasta hoy, les ha dado para la papita de su familia.
Cierto o no, estamos en un momento clave para demostrar que el ser humano debe respetar su vida, nuestra vida, la de todos; porque, de lo contrario, unos a otros nos iremos destruyendo, día tras día, con el monstruo abrazándonos y besándonos, sin que nos demos cuenta. Todo por el orgullo, la vanidad, el egoísmo y la sin razón, que nos tiene ciegos de la dicha, al estar de nuevo compartiendo el ambiente nacional; de un país muy pobre de conciencia, pero de mucha riqueza natural y alegría desbordante.
LES CUENTO...UN CUENTO
El reloj marcó las 2:30 p.m. y Laura, una hermosa niña de 14 años. De cabello mono, crespo, abundante; ojos: color miel, nariz aguileña, labios tentadores, se puso un vestido de color rojo, pulsera y collar blancos, con zapatos del mismo tinte. Se echó perfume de alelí. Tomó su mini cartera y se fue corriendo hacia el parque principal de su ciudad. Llegó al sitio indicado por su enamorado. Ramón, otro joven de 16 años, piel morena, ojos negros, cejas pobladas, cuerpo atlético, jugador de fútbol en el colegio. Todo un galán, para disputar con todas las niñas del claustro educativo.
Ella volvió a mirar su reloj. Este ya marcaba las 3:10 p.m., y se empezó a poner nerviosa. Miraba una y otra vez el plateado tic tac, pero el tiempo era implacable. Pasaron diez minutos más, y la niña que cumplía su primera cita amorosa, dibujó en su cara una tristeza de engaño, de burla; pues su personaje de novela no aparecía. Al cabo de otros tres minutos decidió marcharse por el camino que la llevaba a su casa. Dos cuadras anduvo muy triste. Su corazón como que no quería latir, y su mente le preguntaba a la conciencia, ¿por qué le pasa esto a ella? Estaba en esa cavilación, cuando al mirar hacia la cafetería, vió lo que no quería: "su pretendiente se encontraba abrazado al cuello de otra doncella". Al notarlo corrió con todas sus fuerzas, rumbo a su hogar. Sus ojos destilaban lágrimas de dolor. Su corazón acelerado, como que quería abandonar su pecho. Abrió la puerta de su casa, y sin saludar a nadie, tomó la puerta de su cuarto y la cerró fuertemente. Lanzó su cuerpo de princesa sobre su cama. Abrazó su almohada. Dio dos puñetazos sobre su cabecera, y de tanto llorar, se quedó dormida.
CONSEJOS...
- Si los demás no hacen caso a las disposiciones de seguridad, no te expongas.
- No vayas como Vicente, no vayas para donde va la gente.
- Tú eres muy importante para tu familia; ellos necesitan de tu compañía.
- Armar el caos es muy fácil,reorganizar todo, muy difícil.
- Después del ojo afuera, no hay santa lucía que valga.
Debemos tomar conciencia y seguir con las medidas de autocuidado y aprender a vivir con la nueva realidad.
ResponderBorrarNo se puede negar la realidad que vivimos y mantener a todos encerrados por siempre, el reto ahora es aprender a vivir con el virus, cuidarnos y cuidar a quienes queremos. No es tan difícil!!!
ResponderBorrarAhora nos tendremos que acostumbrar a la nueva realidad,y a la que viene,el virus siempre estara con nosotros, solo tenemos que autocuidarnos y por ahora no salir a la calle hasta que no haya una vacuna
ResponderBorrarBuen Blog.😁 au que tambien nos hace reflexionar y debemos autocuidarnos, y acostumbraenos a la nueva realidad
ResponderBorrarLa realidad es esa. Solo cada uno de nosotros, debemos cuidarnos. La responsabilidad es grande porque no es personal. Es social, familiar etc
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