¡QUE INVENTIVA LA DE LOS COLOMBIANOS!
Culminado el tiempo del 2021 e iniciado el momento para el año 2022, los turistas y visitantes esporádicos a nuestro país, se han llevado una grata imagen del que hacer nuestro, luego de los rezagos que ha dejado la pandemia del Covid-19; con altos índices de desempleo, sub-empleo, y empleos informales, que, llevan a observar gratamente, cómo la gente se rebusca con lo más mínimo posible, la supervivencia de sus familiares.
Cuántas damas con cuerpos esbeltos y miradas profundas, llenas de ingratos recuerdos, salen a las cinco de la mañana con sus coches que, antes usaban para el mercado, ahora van dotadas de doce o quince termos, llenos de café, aromáticas, té, leche, chocolate y toda clase de bebidas calientes, para encantar a los necesitados de desayunar, y así calmar sus ansias, diariamente; porque en sus casas no había qué comer, o no estaba la dueña del hogar, o le habían quitado el servicio de gas o de luz, necesarios para el diario vivir.
Otros personajes, en cajas de plástico, inventan sanduches de cordero, jamón de cerdo, pavo, pollo y atún, que también deleitan a sus comensales a primeras horas de la mañana. Unos higiénicamente dotados, algunos con los mínimos alcances de salud, sin tapas, con plásticos desordenados a la intemperie, dando mucho qué decir, pero de igual forma contribuyen a calmar el hambre de los empleados quienes, siempre esperan la llegada de ese personaje que conoce sus apetencias.
Por otro lado, existen los inventores de fórmulas reparadoras, con los llamados jugos para el amor y el bienestar, conteniendo toda clase de recetas de verduras con frutas, verduras con vino y miel; ron con miel y leche; aromáticas con esencias y especias impulsadoras de energía, que coadyuvan a los trabajadores a desarrollar mejores jornadas laborales; y hasta los más creativos, los que venden pomadas, ungüentos y lociones, atrayentes de la buena suerte y la conquista.
Qué decir de los emprendedores que ven en las empanadas, la arepa, los pasteles y el buñuelo, la única forma de llevar el pan a su casa, con jornadas extensas de doce horas, caminando de la cepa a la meca, del norte al sur, de oriente a occidente, degastando calzado a diestra y siniestra, sin importar si se llega descalzo, con camisa o sin ella, al dulce techo familiar, donde al menos un hálito de cariño se recibe, por tan tamaño esfuerzo.
Todo ha valido la pena. Todos los esfuerzos, el emprendimiento, las ganas de superar lo negativo, lo nefasto, lo inesperado, lo indeseado; se ve plasmado en la sonrisa que deja el saber que al final del mes, se consiguieron dos o tres millones de pesos, facilitando así, pagar todas las deudas mensuales que, eran el dolor de cabeza de quienes se habían quedado sin empleo. Quién lo creyera. Algunos les parece mentira. Otros lo están viviendo. La pandemia nos quitó un mínimo que no alcanzaba, para regalarnos una famiempresa que, ahora es la salvación de vida, porque comparto con los míos más tiempo, y todos nos hemos puesto las botas de la sangre, el amor filial, el trabajo y la verdadera unión matrimonial.
LES CUENTO UN CUENTO...
Una joven de dieciocho años de vida, decidió tener la oportunidad de tener y tener novios en todas partes, porque pensaba que en el amor encontraría la esencia existencial. El primero lo consiguió en un paseo escolar, el segundo en una fiesta de quince primaveras, el tercero en el bus público, y un último, en la iglesia pentecostal. Todo marchaba a la perfección para Luisa, la mujercita de piel trigueña, ojos grandes y oscuros, una sonrisa marcada por su blancura y unas orejas de buen tamaño, para escuchar todo lo que se decía de ella. Con el novio de la escuela tenía una relación académica, sólo tareas, abrazos y uno que otro beso. Este era buena persona, un poco gordito, glotón, pero compartía todo con su amada. El segundo que era el primo de la quinceañera, era futbolista, mal estudiante y sólo quería estar abrazando y besando a nuestra damisela, delante de sus compañeros de equipo, cosa que poco le gustaba a Luisa. Cuando ella se encontraba de nuevo en el bus del barrio, se hallaba acompañada de su conquista, que era un joven tímido, poco cariñoso y bastante miedoso, circunstancia que aburría a la protagonista de esta historia. Por último, el joven de la iglesia pentecostal, invitaba todos los días a su novia a los rituales de su congregación, pero ella no le gustaba, lo cual hizo factible que su relación durara sólo veinticuatro horas.
Un domingo de festividad, en el barrio se organizó un bazar, a donde Luisa y sus novios sin pensarlo, se encontraron cara a cara. Todo fue angustia para la novia. En el primer intento de saludar de beso a sus amores, todos fueron corriendo a buscarla, con tan mala fortuna, que se encontraron cuerpo a cuerpo, yéndose de bruces, permitieron a Luisa aprovechar para correr y encontrar un escondite y no dejarse ver de sus muchachos. Pasó media hora, y los mozuelos se cansaron de buscar a la novia popular. Ricardo, el primo de su amiga la quinceañera, tomó la vocería y preguntó a los otros chicos:"¿por qué estaban buscando a Luisa?" y ellos aterrados, contestaron con otra pregunta: ¿luego su nombre no es Carmen? dijo el otro: "pero a mi me dijo que se llamaba Martha!". Bueno entonces nos ha mentido a todos, debemos dejarla que viva con sus mentiras, y tomando camino hacia las viandas, prefirieron la fiesta, hallando cada uno una compañera seria y respetable, con la cual pudieran disfrutar y gozar de la juventud. Luisa de la pena se devolvió a su casa.
PENSEMOS UN POQUITO!
¿Cuál es el animal que está escondido en esta palabra? Larguemico.
Hay que encontrarle siempre el lado positivo a todo, así sea algo tan complicado como la pandemia, nos permitió valorar lo simple, lo sencillo, lo realmente importante y nos enseñó a reinventarnos en todos los sentidos....
ResponderBorrarExcelente artículo!!!
ResponderBorrarMuy buen artículo, nos recuerda por todo lo que ha tenido que pasar la humanidad con ésta pandemia.
ResponderBorrarEl Colombiano siempre buscando nuevas formas de ganarse la vida, porque cada día es mayor el desempleo y la corrupción que nos desborda....
ResponderBorrar