domingo, 3 de octubre de 2021

YA NO TENEMOS MIEDO A LA PANDEMIA


Comenzando el mes de octubre, en momentos en que el mundo vuelve a asistir a los estadios en todas las disciplinas del deporte, unos con tapabocas, otros sin el, cubiertos por el fanatismo de volver a ver a sus ídolos, sus equipos, sus compañeros de lucha y de batalla; todos con el ánimo de hacerle frente a un mal que no se ha ido, sino que aguarda cualquier descuido o irresponsabilidad, fruto de la confianza que han dejado  los laboratorios, en las vacunas de una , dos y ahora hasta tres dosis, que los distintos gobiernos han aplicado con vehemencia y obligatoriedad. Imagen tomada de: el hospital.com            

Los muertos, los pacientes ucis, los recuperados, los encuarentenados y los asintomáticos, aún dudan si los que fallecieron fueron víctimas del C-19, o era el día que les tocaba, o fueron los escogidos para meterle miedo al mundo, blandiendo la espada del virus desconocido, del atacante misterioso o del enemigo oculto que en cualquier momento cambia su estrategia, para dejar huella oscura en un mundo también falto de luz.

Decir que el virus fue inventado, para generar caos mundial en lo económico, o para desordenar el ámbito social, o para reorientar las fuerzas políticas, y permitir que el inventor y sus secuaces, empezaran a gobernar a su antojo, o para que las potencias terrenas vieran en la situación salubre, la oportunidad de imponer las nuevas reglas de comportamiento; a tal punto que los de la clase privilegiada, ya den por sentada la imposibilidad de seguir viviendo en este globo terráqueo: contaminado, envenenado y descuartizado que, estén realizando viajes interplanetarios, para descubrir una segunda tierra, donde el hombre, culpable de la actual hecatombe, reciba el premio inmerecido de otro paraíso.

Nuestro creador nos de licencia para descubrir la cruel realidad de lo que pasa. Ojalá nuestros gobernantes tengan la oportunidad de salvar el planeta. Nuestros líderes mundiales desarrollen su acometida de lograr que los desechos orgánicos, plásticos, la tala de bosques, la contaminación del agua, el calentamiento global, el comercio de estupefacientes, su cultivo y distribución, la desigualdad social y ahora el virus, desaparezcan para siempre de nuestro hábitat.

LE CUENTO UN CUENTO...

El reloj dejó oír su voz, anunciando que las cinco de la mañana era el momento propicio para hacer a un lado las cobijas, sábanas y los sacos, y abandonar las camas , las hamacas, los colchones y las esteras, que la familia Pérez usó desde la noche anterior para descansar del viaje, que desde el Espinal habían realizado, para llegar a la finca" El Porvenir", ubicada a hora y media de la ciudad de Pereira. Dieciocho personas, entre abuelos, tíos, padres, hermanos y sobrinos, conformaban esta familia, que por  huir del C-19 determinaron pasar los últimos días de diciembre y los primeros de enero del 2021, alejados de los grupos de contagio.

Todo era alegría, música, recreación cultural y deportiva; pasa bocas, cartas, aguardiente, cerveza, fútbol, voleibol, ajedrez, dominó, natación, billar, y otras cosas más, que presagiaban un bienestar inenarrable. Luego del quinto día de los ocho programados, a la tía Doroti, se le antojó comer alitas a la Fricasé, cosa que todos por complacerla se dignaron realizar el pedido. Minutos más tarde el abuelo Felipe, indicó que para no permitir el ingreso de un extraño a la casa de recreo, mejor sería ir hasta la capital del Risaralda, dar una vueltica y traer algunas cosas que hacían falta. Su hijo mayor, Esteban, se ofreció ser el delegado, pidiendo ser acompañado por su hermano menor, Julián, quien sin estar de acuerdo arrugó el ceño, pero se montó en la camioneta. Tres horas después de regreso al sitio vacacional, todos sin tomar precauciones de higiene, destaparon la comitiva y ocuparon el tiempo devorando lo apetecido.

La fiesta continuó hasta el martes 4 de enero del 2021, cuando todos dispuestos al regreso, cogieron sus enseres y partieron hacia la población de la tambora. Posteriormente al descanso familiar, el abuelo y la tía Doroti, amanecieron con fiebre, calor-frio, estornudo va y viene, desganados, mucus, y deseo de dormir, que alertó a Esteban, quien decidió traer médico urgente, para atender a los dos enfermitos. El diagnóstico del Médico, Álvarez, fue de contagio del C-19. Pidió inmediatamente el traslado a la Clínica o al hospital más cercano, que por circunstancias de la vida, debía ser en Ibagué, donde por cosas del destino, no tenía camas Uci, disponibles. Todo se tornó en un caos, en desesperación, en agonía. Luego de lograr dos camas Uci en Bogotá, el Abuelo falleció, víctima de Neumonía. A los dos días fue la tía Doroti, quien dejó de existir por deficiencia cardiaca.

DESCUBRA LA PALABRA:

Zaradameba.

4 comentarios:

  1. La vida debe continuar y debemos aprender a vivir con este y con otros virus que llegarán, lo importante es tomar conciencia, vacunarnos y seguirnos cuidando !!!!

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